El Real Madrid está volcándose en los últimos tiempos hacia La Fábrica, potenciando las categorías inferiores y dejando que los futbolistas se desarrollen en un entorno privilegiado para sacar a relucir su calidad futbolística.
El paso del Juvenil A del Real Madrid por la Youth League está dejando varios nombres propios. De todos los protagonistas de la remontada contra el Salzburgo en el Alfredo di Stéfano, Álvaro Arbeloa se ha fijado en uno de los defensas de ese partido: Jacobo Ramón. El central jugó como titular en un partido muy importante y no defraudó.
El exlateral tiene claro que podría, con el paso del tiempo, llegar hasta el primer equipo y ser una de las figuras del Real Madrid del futuro. Durante el partido contra el Salzburgo, Jacobo Ramón demostró en muchas ocasiones la capacidad que tiene para dominar el juego aéreo, rechazando pases en largo, centros y envíos desde el córner con la cabeza. Tal es su capacidad que anotó el 2-1 ganando la partida a la defensa austríaca en el segundo palo después de un saque de esquina.
Además de su poderío aéreo, Jacobo Ramón se destaca por su capacidad para salir con el balón controlado. Arbeloa ha estado analizando detenidamente sus momentos de protagonismo en el partido contra el Salzburgo y se ha percatado de que, además, sus conducciones están apoyadas en una zancada larga y un buen fondo físico para romper las primeras líneas de presión del rival.
Mucha progresión por delante: su papel en el Juvenil A es perfecto
El fondo físico se complementa con una gran rocosidad y fortaleza en el duelo individual contra cualquier atacante. Jacobo Ramón, además de rápido, no es fácil de vencer en el cuerpeo en carrera y sabe mantener el equilibrio para imponerse en las acciones de uno contra uno para impedir que los ataques rivales progresen con éxito.
Su visión de juego es quizá uno de los aspectos menos trabajados, pero también ha dejado varias muestras de que entiende el ritmo del partido y puede distribuir en largo o en corto, animándose incluso a lanzar algún que otro centro como si fuera un lateral. Esta inteligencia con el balón también se aplica a la hora de defender: rara vez llega tarde cuando hace una entrada para recuperar la posesión.