Uno de los jugadores consagrados por el encuentro contra el Nápoles es Jude Bellingham. El centrocampista de Birmingham fue diferencial una vez más y guio al Real Madrid hacia la victoria en tierras italianas.
Jude Bellingham ha irrumpido en el Real Madrid. Las dudas iniciales de su fichaje, especialmente por su lastimado estado físico en la rodilla, se desvanecieron de golpe con el inicio de la competición oficial. Carlo Ancelotti ‘refundó’ el Real Madrid con un 4-4-2 en rombo para dar cabida a Tchouaméni, Valverde, Camavinga y Bellingham en el terreno de juego, y la conexión entre los cuatro no defraudó.
El mejor centro del campo del mundo en la actualidad está en el Real Madrid y Bellingham se ha erigido como su líder indiscutido. Con 11 participaciones de gol en apenas mes y medio de competición, el club blanco parece haber encontrado la pieza que les faltaba en el ataque con la salida de Karim Benzema el pasado verano. El trabajo del ‘5’ madridista no pasa desapercibido para nadie.
La prueba de fuego era el partido contra el Nápoles. Los pupilos de Rudi García no lo pusieron fácil y obligaron al Real Madrid a dar lo mejor de sí mismo, arrojando datos que sorprenden y que no parecen propios de futbolistas tan jóvenes. Bellingham es el más llamativo, puesto que recorrió 11,23 kilómetros en los 95 minutos que se jugaron en el Diego Armando Maradona.
Por encima del resto
La brutal autoexigencia a la que está sometido Bellingham le ha convertido en un jugador férreo y difícil de agotar pero al mismo tiempo fino y muy inteligente con el balón en los pies. Hizo de todo en el choque contra el cuadro partenopeo, repitiendo su papel de hombre orquesta: anotó un gol maradoniano y sirvió una asistencia a Vinícius Jr., pero siempre estaba haciendo esfuerzos defensivos cuando el Nápoles apretó en la primera y la segunda mitad.
Tal desgaste refleja una cantidad de kilómetros recorridos que le aúpa al primer puesto de ese choque, dejando una diferencia abismal con el segundo clasificado: Tchouaméni hizo 10,71 kilómetros sobre el verde del estadio italiano. La llegada de Bellingham al Real Madrid ha sido una bendición tanto para el club como para el jugador, que se convence cada día más de haber tomado la decisión correcta durante el pasado verano.