El Real Madrid y el Liverpool han estado -y, según parece, seguirán- muy vinculados en estos últimos meses y el reciente fichaje de Trent Alexander-Arnold por los blancos no hace sino atestiguarlo. Además, en Chamartín también están muy pendientes de Ibrahima Konaté, que termina contrato en 2026 y, al igual que el lateral este año, podría llegar en calidad de agente libre. Aunque éstos no son los primeros caso en los que el Madrid ‘roba’ -y a coste cero- a uno de sus jugadores, puesto que todo comenzó con Steve McManaman.
Aunque el primer gran jugador del Pool que llegó al Madrid fue Laurie Cunningham, ‘La Perla Negra’, a finales de los años setenta, el caso de McManaman fue mucho más controvertido porque, prácticamente, fue uno de los pocos futbolistas que, al terminar contrato, dejó su actual club para unirse al Madrid. Puede que esa práctica esté de moda ahora, y sobre todo en el club merengue -para fichar-, pero hace dos décadas no era lo más común.

Como es de esperar, McManaman, que llegó a jugar casi una década en el primer equipo del Liverpool, creó un clima inédito en Anfield. Tanto el club como la afición se le volvieron en contra y, de hecho, los ‘reds’ maquinaron para que el futbolista acabar en el Barça por un traspaso de 3.000 millones de las antiguas pesetas (unos 18 millones de euros actuales), pero el entonces entrenador culé, Louis van Gaal, declinó el ofrecimiento. En la Ciudad Condal acabarían llevándose a Rivaldo.
Así, McManaman llegó como un auténtico crack en una posición, la del centro del campo, en la que presentó múltiples alternativas a Vicente del Bosque. A pesar de que su demarcación natural pasaba por escorarse a la banda derecha, el británico fue muy versátil y, rápidamente, mostró una gran habilidad para ocupar todas las zonas de la línea medular. Gracias a ello, fue un jugador muy querido por la afición del Santiago Bernabéu.
Titular y gol en la Octava
McManaman llegó al Madrid con el objetivo de conquistar la Copa de Europa y, en su primer año como merengue, lo consiguió. El inglés se convirtió en una pieza importante para el centro del campo del equipo, donde se hizo con la titularidad y jugó la final de París (2000) frente al Valencia donde el cuadro blanco levantó la octava ‘Orejona’. Además, Steve fue autor del segundo tanto. Fernando Morientes había adelantado al equipo, mientras que Raúl González redondeó el marcador.
También estuvo presente en la plantilla que conquistó la Novena (2002). A diferencia de la anterior Champions, McManaman fue suplente en esta ocasión, aunque pudo jugar el tramo final del encuentro. Al finalizar el curso en 2003, el mediocentro fue transferido al Manchester City, donde jugó dos años para retirarse en 2005. Después de su retiro, ha ejercido como comentarista de fútbol para Setanta Sports, ESPN y BT Sport.