El Real Madrid regresó a los entrenamientos este lunes y, desde el primer minuto, Xabi Alonso ha destacado por introducir un alto ritmo en todas las sesiones en Valdebebas para recuperar cuanto antes fuelle perdido durante estos poco más de 20 días de asueto. El técnico, junto a su ‘staff’, trabajan contra reloj en una pretemporada inédita y especial, y por su cabeza están empezando a rodar múltiples cuestiones relacionadas con el equipo y la jerarquía, donde puede llegar a haber una serie de hasta seis futbolistas indispensables para Alonso.
Decimos que son indispensables porque, sin ellos, la locomotora puede frenarse. Y Xabi ha llegado al Madrid para iniciar una ‘revolución’ con un estilo de juego moderno, basado en la presión y en la defensa conjunta. Unas armas que ya mostró el tolosarra durante su etapa en el Bayer Leverkusen, un requisito que le puso Florentino Pérez para tener una oportunidad con el primer equipo. Ese día llegó y ahora, dejando atrás el Mundial de Clubes y, por tanto, la campaña anterior, es cuando empieza a la hora de la verdad.
Xabi, que en su presentación dijo querer “encender” al madridismo, empezó a construir las bases del grupo en el Mundial. Todo quedó eclipsado por la dura eliminación contra el PSG en las semifinales del torneo (4-0), pero el Madrid tuvo momentos de gran fútbol y experimentó importantes modificaciones respecto al pasado. Una de ellas fue comprobar de qué manera se desenvuelve Dean Huijsen, fundamental para sacar el balón jugado desde atrás, y cuánta razón tenía Carlo Ancelotti con Aurelién Tchouameni.
El francés se convirtió en un jugador clave del equipo, tanto a la hora de defender -ejerciendo de central en una línea de tres zagueros con dos carrileros, en muchos momentos de los partidos disputados en Estados Unidos- como de atacar, y su rol parece ser indiscutible, siendo uno de los que conforman la nueva columna vertebral de Xabi. Al igual que Fede Valverde, el auténtico pulmón del Madrid con una energía descomunal, un sacrificio ejemplar y un golpeo diferencial. El ‘8’ jugó prácticamente todo el año pasado y es intocable.
Bellingham y Mbappé, igual
Mientras que uno de los actores principales del Madrid sigue siendo Thibaut Courtois, algo en lo que el club coincide y, por eso, está a punto de prolongar el contrato del cancerbero un año más -su actual convenio expira en 2026-, Alonso también tiene seleccionados con roles específicos para ser auténticos líderes del equipo a Jude Bellingham y Kylian Mbappé. El primero se operó el mes pasado de su hombro izquierdo y estará hasta octubre de baja, como mínimo, pero a su vuelta se espera la mejor versión del ‘5’, que tendrá que retrasar su posición y será el maestro que guíe a Arda Güler, el futuro del Madrid.
Por supuesto, no podía faltar Kylian Mbappé. Después de que el francés se llevara la Bota de Oro y el Trofeo Pichichi en su primer año como merengue, ‘Kiki’ empieza el curso con mucha ilusión, al ‘heredar’ el ‘10’ de Luka Modric. Se espera que Mbappé consolide su posición de delantero en el equipo y supere los 44 goles que logró convertir el curso pasado, en el que necesitó de un periodo de adaptación para terminar siendo un protagonista indiscutido -e indiscutible- de este Madrid. Es la gran estrella de un Madrid que, a partir de ahora, nace para seguir reinventándose y ganar, que a eso vino Kylian, que no se conforma con la Supercopa de Europa y la Copa Intercontinental de la temporada anterior.