La estrella parisina asume el papel de líder y encuentra portería con una facilidad pasmosa
Con Kylian Mbappé en modo apisonadora, la vida es mucho más fácil. O si no… que se lo digan a Xabi Alonso. El técnico sabe que cuenta en su plantel con un futbolista sin parangón, capaz de revolucionar cualquier partido y encontrar la vía del gol en los momentos más espinosos. Le da igual el escenario.
De nuevo, el bloque blanco se encontró con una defensa compacta. Seria. Muy numantina. El Real Oviedo, en su retorno al primer peldaño del fútbol español, dejó pocos resquicios a lo largo del primer acto. Similar a la idea que implantó Osasuna en el estreno liguero.
Ante esa tesitura, el madridismo se agarró con uñas y dientes a la figura de Mbappé. Cuando cuesta abrir la lata, el francés se encargar de atajar los quebraderos de cabeza. Y así hizo en el Carlos Tartiere. Antes del tiempo de asueto… guardó en la jaula el 0-1. Güler asistió y el ‘9’ facturó. Calidad, fe y definición en milésimas de segundo.
Ahí no acabó el recital del ex del PSG, dado que también logró fabricar el segundo de la noche en la capital del Principado de Asturias. El disparo, dentro del área, fue pieza de museo. Se traducía en la tercera diana en lo que va de curso. Ha comenzado en buen tono.
El reto de Kylian
El delantero de Bondy puede presumir de haber anotado en las últimas siete jornadas de Liga de manera consecutiva. Dos en el presente ejercicio y cinco en el anterior (frente a FC Barcelona, Celta, Mallorca, Sevilla y Real Sociedad). Los guarismos corroboran que Kylian es el líder actual del conjunto de Xabi. Su objetivo pasa por superar los 44 goles de la campaña 2024/25. Si la salud le acompaña, a buen seguro cumplirá el reto.