Dosis de moral para el crack brasileño en un estadio, el Ciutat de Valencia, que le encaja como guante en mano
Ante las mal dadas, la coraza. Así vive el fútbol un Vinicius Júnior que anoche, en la sexta jornada del campeonato regular, sanó heridas contra el Levante (1-4). El atacante madridista entró en el once titular, al igual que frente al Espanyol, y aprovechó la oportunidad para dar el callo.
En un primer acto en el que los blancos fueron cogiendo temperatura con el paso de los minutos, el ‘7’ del Real Madrid colocó la primera piedra en el marcador antes de la media hora de encuentro. El gol, pieza cotizada de museo. Dio forma a un disparo cartesiano –con el exterior del pie– que besó las redes de la portería custodiada por Ryan.
Vinicius tiró del carro en el ataque. Quiso aportar dinamismo en los últimos metros hasta la saciedad y, antes del tiempo de asueto, consiguió asistir a Franco Mastantuono. Puso un pase milimétrico al argentino, que tampoco escatimó en puntería. Chutó como mandan los cánones.
Los primeros 45 minutos de Vini se resumieron en un gol, una asistencia, tres pases claves, cuatro tiros a puerta, 5/8 duelos ganados y tres faltas recibidas. Una forma contundente de responder al reguero de críticas y dudas que ha surgido en las últimas semanas en torno a su figura.
Después del receso, el ex del Flamengo también siguió incisivo arriba. Rozó el doblete y, además, disputó el partido al completo. Ni rastro de una sustitución postrera. Todo ello en un Ciutat de Valencia que parece el jardín de Vinicius, dado que en su última visita, en el curso 2021/22 –con Carlo Ancelotti en el banquillo–, anotó dos dianas en un choque que le ayudó para lanzarse al estrellato. En el derbi del próximo sábado, el The Best tiene la oportunidad de refrendar las buenas sensaciones que tuvo en tierras valencianas.