Fede Valverde ha sufrido un bajón de rendimiento importante de un año a otro. Ahora no solo no destaca, sino que comete errores que no se le habían visto prácticamente nunca. Es cierto que Alonso le tiene como un jugador clave y le sigue viendo como un titular del que no duda, pero su rendimiento, por primera vez, está generando alguna reflexión, porque el jugador no se termina de encontrar con Xabi.
Durante muchos años, Fede Valverde nos ha malacostumbrado, porque él siempre ha tenido un gran rendimiento. En cualquier posición, el futbolista uruguayo conseguía ser determinante, pero este curso le está costando. Él es plenamente consciente de esto y es el primero que está enfadado consigo mismo, porque sabe que puede hacerlo mucho mejor y que el equipo le necesita.
En X varias cuentas han empezado a señalarle y atacarle por su mal inicio de temporada, pero es evidente que él no tiene toda la culpa. El staff técnico está intentando encajar todas las piezas del Real Madrid y al uruguayo todavía no le están logrando encajar. Sí, está corriendo mucho y cubre las espaldas de sus compañeros, pero no está siendo determinante con el balón, y eso es lo que necesita el equipo.
Ya estamos sin laterales derechos. Asencio ahí no convence y Fortea parece que no cuenta.
Fede Valverde debe ocupar esa posición. Por físico y cualidades es el que mejor puede rendir.
Y si no quiere, pues directamente a la grada porque en el centro del campo es un bulto total. pic.twitter.com/T14peueq41— Don Shelby (@DonShelby_) September 28, 2025
Un proceso
Los jugadores pasan por buenos y malos momentos y ahora Fede no se termina de encontrar. Xabi tiene que lograr encajarle en el equipo y el jugador debe estar dispuesto a jugar donde lo considere el técnico, sin ninguna consideración. Tal y como están las cosas, ningún futbolista del Real Madrid puede ser exquisito, porque la gente está muy cansada y enfadado por lo que estamos viendo en el último año.

Sí, hay que respetar a los jugadores que nos lo han dado todo anteriormente, pero ellos también se deben al club que les paga y a la afición que les apoya. De lo contrario, cada vez irán perdiendo más apoyos hasta que en algún partido se escuche alguna pitada sonora, como le pasó a Aurélien Tchouaméni. Por eso todos deberían mirarse en el francés, que cambió su actitud y mejoró su rendimiento, convirtiendo las críticas en elogios.