Didier Deschamps y Kylian Mbappé han dado de que hablar durante este fin de semana. Todo ello porque el futbolista del Real Madrid jugó con su selección a pesar de haber sufrido un ligero esguince de tobillo en el último encuentro de su equipo.
Estuvo en el campo hasta el tramo final del encuentro, pero tuvo que pedir el cambio. La decisión no era muy entendible y la realidad es que en la afición merengue saltaron las alarmas. No obstante, parece que ha quedado en un susto, porque se prevé que esté en el próximo compromiso liguero, que será el día 19 ante el Getafe.
Aún así, no se logra comprender como se toman esos riesgos que, realmente, son innecesarios. Deschamps ha explicado su decisión: «Siempre se puede preguntar eso, pero hablo mucho con Kylian, tanto antes del partido como durante la semana. No estamos a salvo de nada, pero no empeoró ni sintió más dolor. Sin embargo, en un momento dado recibió un golpe justo donde le dolía el tobillo, así que era normal que parara de inmediato. Pero sin ese golpe, y con su buen estado físico, no hubo ningún problema en particular. Pero el fútbol implica contacto, y por desgracia, las lesiones pueden ocurrir», aseguró.
El seleccionador francés relaciona ese golpe con que el fútbol es un deporte en el que existe el contacto. No obstante, a pesar de todo, conviene resaltar que no había necesidad alguna de que Mbappé jugase ese encuentro contra Azerbaiyán. En Valdebebas estaban un tanto molestos y esperan que no vuelva a ocurrir una situación de este tipo. En esta ocasión, quedó en un susto, pero tal vez en un futuro pueda haber algún problema mayor.