Arequipa. Delia Mamani pela semillas de ajos en una chacra del Ramo Chichas (Hunter-Arequipa). Siembran para cosechar en diciembre. En el campo no hay pausa ni cuarentena pero sí perspectiva del futuro. El campo hoy es esencial, alimentará a las ciudades cuyos habitantes viven enclaustrados por miedo a contagiarse del virus.
Delia trabaja distanciada de sus cinco compañeras, todas a más de un metro respetando lo recomendado por las autoridades de salud para evitar el contagio del COVID-19.
Es miércoles, el dueño de las parcelas traslada a Delia en un camión. Días atrás, la jornalera ha tenido que caminar por falta de transporte. Hay algunas dificultades.
En la zona oriental de Arequipa (Yumina), Edgardo Uria se queja. Los policías no lo dejaron seguir circulando en su vehículo cuando se dirigía a comprar fertilizantes. Les piden RUC y la mayoría son pequeños campesinos.
Uria sostiene que un pase especial otorgado por la Gerencia de Agricultura les facilitaría su desplazamiento.
La zona oriental en Arequipa comprende los distritos de Paucarpata, Pocsi, Sabandía, Characato, Socabaya, entre otros. Existe una preocupación a pocos días de iniciar la temporada de siembra. Sin transporte motorizado, ¿cómo llevarán a 100 jornaleros? También denuncian el robo de maíz de sus parcelas. Los facinerosos vienen desde Paucarpata.
Reserva garantizada
Los valles de Camaná y Majes proveen de arroz. Ya empezaron a cosechar.
El presidente del Comité de Defensa de productores en Camaná, Walter Farfán, estima que tienen una reserva de 49 mil toneladas de arroz, a un 40% de su cosecha, lo suficiente para abastecer a los municipios de la región que deben armar canastas para las familias más vulnerables.
En el valle de Majes, la cantidad es similar.
Farfán comenta que cinco municipios de la región y uno de Ica les pidieron mil sacos. “Deben apoyar al agricultor local”, señala.
Hace una semana, las autoridades de Caylloma se llevaron 380 sacos y a Caravelí le vendieron más de 400 a domicilio.
El problema para ellos es el incremento de los fletes. Un camión cargado con 600 sacos solía cobrar S/2 500 hasta Lima, ahora cobra mil soles más.
Para Farfán, el enorme esfuerzo que hacen los agricultores no es apreciado. “A los médicos, a los policías les agradecen con aplausos, ¿pero a quienes llenamos las mesas de comida?”.
Valle de Tambo
El valle de Tambo, afectado meses atrás por el conflicto social de Tía María, en mayo próximo tendrá 5 mil 535 hectáreas de arroz para el mercado.
Para Juan Murillo, representante de los agricultores, es preocupante el desinterés de las autoridades de Agricultura. “Hoy es una muestra que verdaderamente el sector agrario es muy importante en la actividad económica del país. Ahora sí las grandes ciudades están dándose cuenta que la agricultura es importante”.
La pandemia los golpeará también a ellos en la campaña de papa. Casi la mitad de su producción de tubérculo tenía como destino Bolivia. Con el cierre de fronteras, no podrán exportar. A ello se suma la crisis política que afrontaba Bolivia en los últimos meses. “El costo de producción por hectárea es de 21 mil soles, no sé qué harán mis compañeros, prácticamente irán a la pérdida”, lamenta Murillo.
Ferias itinerantes
Para apoyar a los productores locales, la Gerencia Regional de Agricultura organizará una feria itinerante en cinco fechas y localidades distintas.
En estas ferias participarán agricultores de diferentes valles, quienes tienen productos en cantidad y temen que se terminen desperdiciando. También invitarán a criadores de cuyes para que puedan vender sus animales.
El gerente de Agricultura, Jaime Huerta, señaló que la finalidad es la descentralización de los mercados para que personas de zonas alejadas no deban movilizarse tanto.