El centrocampista sevillano está cuajando buenos partidos con el Real Madrid
Dani Ceballos ha mutado de actor secundario a actor principal en las últimas semanas de competición. El fútbol, siempre cambiante, corrobora con estas situaciones que un jugador relegado en el banquillo puede aportar lo demandado por el entrenador a base de confianza. Y resiliencia.
En los últimos tres encuentros, el centrocampista sevillano ha disputado un total de 172 minutos. La titularidad ante el Kairat Almaty no vino acompaña de una sustitución en la segunda mitad y, frente al Levante, el sevillano se marchó del campo en el último cuarto de envite. En esa terna de compromisos, solo se quedó a cero en el fatídico derbi en el Metropolitano.
El pupilo de Xabi Alonso, en el triunfo holgado en Kazajistán (0-5), dio 101 pases buenos de los 106 que intentó. Dato mata relato. Escatimó a la hora de enviar balones verticales a los hombres de arriba, pero sus guarismos se traducen en halagos. El rodaje en suelo asiático le viene de maravilla. Como anillo al dedo.
Ceballos ha dado el tono cada vez que le han entregado las llaves del centro del campo. Va a seguir sin la etiqueta de titular, no obstante, está en disposición de convertirse en uno de los cambios habituales con vistas a los segundos 45 minutos. La única rémora, el ‘overbooking’. Hay muchos gallos en el corral.
A un paso del Olympique de Marsella
El óptimo rendimiento del ex del Betis ha sorprendido en el madridismo. A finales de agosto, todos los caminos conducían a una salida rumbo al Olympique de Marsella, en cambio, en el último momento, Dani declinó la oferta y decidió continuar su periplo en la capital de España. Poco a poco está convenciendo a Xabi, que sabe que el de Utrera, en modo lúcido, es capaz de cambiar las tornas sobre el verde.