Las dos caras de la moneda. Una muestra el odio; la otra, la bondad. Anoche, cuando las luces de Liverpool se apagaron, unos radicales del conjunto red vandalizaron el mural de Trent Alexander-Arnold en las inmediaciones de Anfield. Esta mañana, con el amanecer aún frío y sin una sola cámara alrededor, un aficionado se acercó de forma altruista con su furgoneta para limpiarlo todo.
Qedine Deportes fue el primer medio español en llegar al lugar de los hechos. El hombre, que prefirió mantener el anonimato, explicó que vivía cerca y que no daba crédito a lo que habían hecho algunos «a un jugador que nos lo ha dado todo» y que se formó «desde niño» en el club de su vida.
Un aficionado del Liverpool ha decidido venir por su cuenta a limpiar las pintadas de unos radicales al mural de Trent Alexander-Arnold.@defcentral pic.twitter.com/xZP0o62hCn
— Jose Padilla (@JosePadi_) November 4, 2025
Ni siquiera comprendía el “Adiós rata”, escrito en español, pero reconocía que las pintadas no le gustaban: «La ciudad ama a Trent. Cualquiera se iría a España después de veinte años, con buen clima y un buen puñado de dinero”, admitió. Como era de esperar, la noticia del ataque al mural del exfutbolista del Liverpool corrió como la pólvora por la prensa internacional.
Hay quienes no perdonan que Alexander-Arnold decidiera no renovar su contrato y marcharse gratis al Real Madrid. Un taxista, en pleno trayecto hacia Anfield, lo resumió así para este periódico: “No me importa que se vaya. Lo que me dolió fue su falta de honestidad. Tenía claro desde el principio que se iba a marchar al Real”.
Un reto mayúsculo
Todo el mundo tiene derecho a progresar. Trent decidió emprender un nuevo desafío en su carrera profesional fichando por el club más grande del mundo. Merece el respeto que él mismo profesó hace unos días en una entrevista: «Si le marco gol a Liverpool, no lo celebro». En cualquier caso, todo apunta a que será suplente porque acaba de salir de lesión y Fede Valverde lleva una buena racha jugando por la derecha.
La vida puedes afrontarla de dos formas. Con resignación o con determinación. Con la primera, te lamentas por lo que ocurre y nunca lo superas. Con la segunda, actúas para cambiar. Anoche, en Liverpool, hubo quién eligió lo primero descargando su frustración con el mural de Trent. Pero esta mañana, mientras el frío calaba las calles vacías, apareció alguien que eligió lo segundo: limpiar en silencio el destrozo que otros dejaron.