La temporada pasada a Mbappé le costó algunos meses adaptarse a su nuevo equipo y eso se notó. No se le veía cómodo sobre el terreno de juego, su gestualidad reflejaba que algo pasaba. Sin embargo, poco a poco eso fue cambiando hasta convertirse en Pichichi y en Bota de Oro.
Aun así, más allá de un par de Clásicos y el encuentro ante el Manchester City, no tuvo ninguna actuación estelar. Algo que tenía que cambiar esta temporada y con el inicio parece que no ha hecho. Lleva 3 goles en 2 partidos, está siendo el jugador más destacado y el más desequilibrante.
Y es que el cambio de Mbappé se está notando sobre el césped, pero también en el vestuario. El año pasado, todo el mundo señalaba que se veía a un Mbappé tímido, que habría llegado sin ganas de incordiar. Se llevaba bien con todos y tenía muchas ganas de agregar.

Algo que está bien, pero que sin embargo no era lo que en la directiva esperaban de Kylian. Querían que fue un líder, que alzara la voz y que se sintiera determinante dentro del equipo merengue. Algo que se está empezando a notar esta campaña con una nueva actitud.
Mbappé ha tomado galones y va camino de convertirse en una gran estrella del Real Madrid. Ya lo era a nivel mundial, pero tenía que creérselo y demostrarlo con la elástica merengue. Y el inicio de curso demuestra que esta puede ser la campaña de su confirmación.
El madridismo espera ver a un Mbappé en modo estrella
Como hemos dicho, la primera temporada de Mbappé en el Real Madrid fue muy buena. Logró ser el máximo goleador a nivel europeo, y sus actuaciones en algunos partidos fueron sensacionales. Pero demasiado poco para las esperanzas que se habían depositado en él.
Y es que, cuando llegó la hora de la verdad en Champions ante el Arsenal no apareció. Esa era la eliminatoria donde se tenía que haber echado el equipo a la espalda pero no lo hizo. Un gran debe que tendrá que dejar atrás este curso con grandes actuaciones