El Newcastle anda buscando un centrocampista y está tocando varios palos. Se ha hablado en las últimas horas de Fermín, pero también han sondeado la opción de Camavinga. De hecho, por francés estaban dispuestos a ofrecer 40 millones fijos y 10 en bonus, según lo que han publicado algunos medios digitales ingleses. El Madrid, por el momento, no tiene ninguna intención de vender al jugador y no parece que vaya a llegar a nada serio de toda esta historia.
De momento, Eduardo Camavinga todavía no ha podido estrenarse con Xabi Alonso, porque ha encadenado 2 lesiones que le han tenido apartado de los terrenos de juego. Sin embargo, ahora ya ha vuelto a entrenar con balón y se espera que después del parón de selecciones ya esté disponible para trabajar con el grupo y regresar a la normalidad. Es un jugador al que valoran mucho en el cuerpo técnico y consideran que va a ser determinante durante esta temporada.
Dentro del Real Madrid nadie se plantea su venta, porque todavía cumple 23 años en noviembre y tiene margen de mejora. Si perfecciona su posicionamiento y aprende a seleccionar mejor la decisión en cada jugada, el francés puede terminar siendo el mejor del mundo en su posición, porque tiene unas condiciones impresionantes. Por eso, Xabi tiene muchas ganas de trabajar con él.
Mucha competencia
En su posición está Aurélien Tchouaméni, que es uno de los pilares del Real Madrid con Xabi Alonso. Esto es algo que le dificulta bastante las cosas, pero que tiene que ser algo motivador para Camavinga. Son jugadores diferentes, que pueden jugar juntos en determinados contextos, y, en otros, el entrenador puede decantarse por uno u otro dependiendo de lo que busque.
Para el técnico es muy bueno que haya esta competencia en el mejor club del mundo, porque eso hace que ningún jugador se sienta titular indiscutible y que toda la plantilla esté enchufada para afrontar cada encuentro. Xabi no se casa con nadie e intentará utilizar siempre la meritocracia, porque la considera la forma más justa en la que tomar decisiones en cualquier equipo. De hecho, de esa forma es más sencillo sacar lo mejor de cada jugador, aunque hay que tener personalidad para sentar a las estrellas, y él la tiene.