El Real Madrid sufrió la primera derrota de la temporada en el peor escenario posible: el Metropolitano. Contra un Atlético sumido en las dudas desde que arrancó LaLiga. Y para colmo, encajando 5 goles en uno de esos partidos que dejan huella. Muchos esperaban este tropiezo para desempolvar aquello de «no gana en los partidos grandes». Hoy encontraron el argumento perfecto.
Quizá el derbi se empezó a perder antes del pitido inicial. Apostar por Bellingham recién salido de lesión y con poco ritmo competitivo fue un riesgo innecesario. Eso es evidente. Es difícil pensar que con Rodri, Reijnders o Modric, hubiese sido muy distinto. El problema no era de nombres, sino colectivo. Faltaron piernas, ganas, actitud e intensidad.
Ni Huijsen, ni Carreras, ni Asencio, ni Valverde… El grupo al completo falló. Se olvidó de lo que Xabi había logrado implantar en apenas unas semanas. La presión alta, recuperación rápida tras pérdida y solidez defensiva. En el Metropolitano, el Madrid recordó más al equipo cansado y vulnerable de los últimos meses de Ancelotti que al proyecto revolucionario del tolosarra.
🎙️ @XabiAlonso: «Es la primera derrota y nos duele a todos».
📺 Rueda de prensa ➡️ RM Play— Real Madrid C.F. (@realmadrid) September 27, 2025
Y es cierto, como reconoció el propio Xabi en rueda de prensa, que esto es un proceso. Las transformaciones requieren tiempo y no se pueden forzar de la noche a la mañana. El vestuario no era la Naranja Mecánica por encadenar cinco o seis victorias ante rivales de segunda fila, ni ahora es un desastre por encajar 5 goles en un derbi. Pero la imagen que deja un 5-2 contra el Atleti hace daño. Mucho.
Jarro de agua fría
Molesta que la primera derrota de Xabi haya sido de esta manera. Podía haber llegado en un partido igualado y que se decidiese por pequeños detalles. Pero a veces es necesario un revolcón a esta escala para aprender. Tomar nota, hacer autocrítica, y obtener respuestas valiosas.
De la cita capitalina de hoy sólo se salvan Mbappé y Güler. Dos jugadores que atraviesan un estado de forma espectacular. El Real Madrid de Xabi Alonso necesita tiempo y no conviene ser ventajista. Aún es pronto para sacar conclusiones. Una bofetada a tiempo no siempre hay que verla con malos ojos. Hoy duele, mañana servirá.