La reacción del Real Madrid y de Dani Carvajal, uno de sus capitanes, al cambio de localización para el próximo Villarreal-FC Barcelona no es una casualidad. Lejos de ser una acción espontánea, se trata de una decisión consensuada y arduamente meditada por la cúpula blanca: el club no se prestará a jugar un partido de Liga fuera de las fronteras de nuestro país. La convicción madridista es inamovible.
No en vano consideran que la propuesta realizada por Javier Tebas adultera la competición y destruye el principio de igualdad y regularidad que debería tener una competición nacional como la planteada en España. Así las cosas, el Real Madrid se opondrá a todos los intentos de llevar un partido de este torneo lejos del territorio nacional español… incluso cuando la entidad capitalina española tuviera la oportunidad de imitar lo que está ocurriendo con FC Barcelona y Villarreal.
Porque se trata de una opción realmente beneficiosa para las arcas del Santiago Bernabéu, una parte del club que la actual dirigencia siempre ha mimado y vigilado con meticulosidad. Los ejecutivos liderados por Florentino Pérez no son ajenos al brutal crecimiento de popularidad que ha experimentado la escuadra blanca en países como Estados Unidos, China o Arabia Saudí. Celebrar allí un partido de Liga supondría una lluvia de millones.
Consideran que es justo y necesario oponerse
Pero solo para la entidad merengue: su rival pasaría, lógicamente, mucho más desapercibido… a menos que el partido a disputar fuera un Clásico o un derbi madrileño. Sea como fuere, la junta directiva del Real Madrid solo contempla un escenario en el que estaría dispuesto a transigir con esa idea: si se crean acuerdos inamovibles que beneficien a todos los clubes implicados en esos partidos lejos de las fronteras españolas.
Cuestiones tan sensibles como el desplazamiento de aficionados y el reparto del dinero generado, así como el resto de las condiciones que atañen este tipo de partidos, deben someterse primero a votación por todos los clubes de la Primera División. Es la única forma en la que el Real Madrid aprobaría estas ‘salidas al extranjero’ que tanta polémica están causando en la Liga desde hace varias semanas.
Hasta entonces que no cuenten con ellos
Esa explicación ofrecería motivos suficientes para comprender por qué el Real Madrid se ha movilizado en las últimas horas para impedir que el Villarreal-FC Barcelona se dispute en la ciudad de Miami. El club blanco entiende que el traslado de este partido a Estados Unidos no se ha sometido a votación, no se ha acordado con los futbolistas de la Primera División. Sin el refrendo de todos los involucrados en la competición, dicho cambio de lugar iría contra las normas, adulterando así el torneo.
Así las cosas, el Real Madrid aceptaría enviar partidos de la Liga lejos de España siempre y cuando se respeten los acuerdos alcanzados, un pacto que sea igual para todos los clubes y que reparta los beneficios generados por el encuentro de forma equitativa. En caso contrario, la entidad presidida por Florentino Pérez seguirá mostrando la misma resistencia que ha enseñado hasta la fecha en esta cuestión. Sus jugadores también han dejado claro el punto de vista del cuadro merengue.