El extremo brasileño se quitó un peso de encima con su tanto ante el Manchester City
Más de nueve meses. Esa ha sido la duración de la travesía de Rodrygo por el desierto en cuanto a materia goleadora. El extremo del Real Madrid limó asperezas ante su afición y pudo festejar de nuevo un tanto con la camiseta blanca. Así pues, mantuvo su idilio con el Manchester City. Goes le tiene tomada la medida al cuadro de Pep Guardiola.
En los prolegómenos del partido, en el marco de la sexta jornada de la fase de liga de la UEFA Champions League, gran parte del madridismo no entendió la titularidad de brasileño. Pero la ausencia de Mbappé, aquejado de unas molestias en su pierna izquierda, le clarificó el panorama.
Rodrygo tardó 28 minutos en quitar el tapón de la bañera en el Clásico europeo. Arrancada eléctrica y disparo violento –y cruzado– directo al fondo de las mallas. De esa forma, el atacante carioca consiguió trasladar al marcador la superioridad de su equipo sobre el terreno de juego.
El ’11’ del Madrid no perdió la fe en ningún momento del encuentro, tanto que fue un martirio para la defensa de Pep Guardiola. Sin embargo, el Rey de Europa volvió a escatimar en tino. También en fortuna. La actitud e intensidad, de matrícula de honor. A pesar del varapalo de la derrota, la afición merengue confía en que la diana de anoche sirva como punto de inflexión para Goes. Estuvo vertical, dinámico. Rutilante.
Una vez consumido el choque, Rodrygo, que no anotaba desde el pasado 4 de marzo, habló en el micrófono de Movistar+: «Es un momento complicado para jugadores y todos. Quería demostrar que estamos con nuestros entrenador, se dicen muchas cosas desde fuera y quería decir que necesitamos unidad para seguir adelante y conseguir cosas». Sobre los pitos de la parroquia capitalina a los suyos, el de Osasco declaró que «es un club exigente, hay que aceptarlo y mejorar».