Jude Bellingham demostró porqué Xabi Alonso ha invertido tanta confianza en modificar el esquema para acomodar al inglés.
El resultado del derbi puso en entredicho el plan de Xabi Alonso. Fue una prueba precipitada que coincidió con la recuperación del 5. En aquel partido Jude no encontró su sitio y el equipo se deshizo como un azucarillo en un esquema que no favoreció a nadie.
Sin embargo, Alonso insistió en apostar por Jude Bellingham en el XI inicial. Ya en su presentación, el entrenador español habló de la importancia de Jude para su proyecto. No era un farol, no era una frase hecha, Bellingham era clave.
Saber encajar a un jugador tan especial en un esquema como el del Real Madrid no es sencillo. Las características de Bellingham hacen que no sea nada específico, pero a la vez lo es todo.
Era cuestión de saber rodearle, encontrar la libertad del inglés sin afectar los mecanismos generados por el equipo. Ha habido un ajuste del equipo que poco a poco ha permitido que Jude vuelva a demostrar lo gran jugador que es. En Getafe ya se vieron cosas del futbolista que asombró al mundo en su primera temporada, ante la Juventus volvió a ser determinante y en el Clásico ajustició una vez más a los culés con un partido sublime.
Jude ha vuelto en todos los sentidos. Arropado por un excelso Tchouaméni, con un Arda Güler que dirige la sala de máquinas y el comodín Camavinga, el 5 ha encontrado la libertad que necesita. Porque Bellingham es un 8, un 10 y un 9 a la vez. Esterilizar su capacidad llegadora sería un crimen, pero alejarle de la zona de creatividad también lo es.
Para muestra un botón, frente al Barça asistió a Mbappé en el primer gol con una acción exquisita y volvió a demostrar su olfato goleador ocupando los espacios que nadie ocupa para el 2-1.
No es fácil entender la naturaleza de Jude, pero es clave que Xabi favorezca su rol para alcanzar los éxitos. Y es que Jude no es un centrocampista, tampoco un mediapunta, ni un delantero. Bellingham es todo a la vez y hay que explotar ese 3 en 1.
El Santiago Bernabéu echaba de menos el hey Jude pero el inglés está de vuelta en todos los sentidos. También en eso de «ni con Negreira». El madridismo abraza el regreso de un futbolista total.