El lateral del Real Madrid deja atrás la pesadilla del derbi y firma su consagración con un gol que sabe a recompensa
Álvaro Carreras ya no es una promesa: es una realidad. El de Ferrol ha necesitado muy poco para convertirse en un indiscutible del Real Madrid de Xabi Alonso. Trabajo, madurez y ADN madridista son las tres palabras que mejor definen sus primeros meses en la casa blanca. Arrancó la temporada a un gran nivel, con solidez en defensa y una facilidad pasmosa para llegar a zona de tres cuartos, pero el derbi en el Metropolitano le bajó a tierra. Aquella tarde fue su primera tormenta: un ‘flan’ en defensa, cometió errores infantiles en la salida de balón y se marchó con la sensación de haber fallado.
Sin embargo, la reacción del lateral fue inmediata. En El Clásico ante el FC Barcelona, Carreras calló bocas. Supo frenar a Lamine Yamal. Lo neutralizó con la calma de quien aplasta una hormiga sin perder el paso. Los datos lo dicen todo: 0 goles, 0 asistencias, 0 tiros a puerta, 0 centros con acierto y 21 pérdidas de balón fueron los números del ‘10’ del Barcelona. Una estadística demoledora que refleja la superioridad del gallego. Fue el primer paso hacia su consagración.
Y el segundo llegó en el Bernabéu, frente al Valencia. Álvaro anotó su primer gol con la camiseta del Real Madrid, un latigazo para quitar las telarañas en pleno Halloween. Buen homenaje a Roberto Carlos y Marcelo. “Ese tipo de disparos no se piensan, te tienen que salir de dentro”, comentó en zona mixta tras el choque liguero contra el conjunto ‘che’.
Las estadísticas le avalan por sí mismas: más de 900 minutos esta campaña, un 90% de efectividad en el pase y una media de nueve duelos ganados por encuentro. En consecuencia, más datos que hacen que su nombre resuene con fuerza para la convocatoria de Luis de la Fuente.
Y si algo ha quedado claro en estas semanas es que Álvaro Carreras no ha venido de paso, ha llegado para quedarse por muchos años en el club de su vida.