El equipo de Xavi venció por 3-1 a un Nápoles que saltó «dormido» al terreno de juego. El Barcelona realizó una presión alta que provocó varios errores defensivos del rival.
Rápidamente, se pusieron 2-0 en el marcador, y daba la sensación de que se iba a producir una goleada. En ese momento fue cuando Christensen realizó una entrada criminal en el minuto 19, en la que todo el mundo pensaba que iba a ver la tarjeta roja. El colegiado solo le sacó tarjeta amarilla.
Diez minutos después, el Nápoles marcó un gol, y a partir de ahí comenzaron a mejorar en el partido, siendo incluso superiores que los blaugranas. Pero faltaba otra acción polémica, que fue la que más hizo enfadar a los madridistas.
Se trata de un penalti claro de Cubarsi a Victor Osimhen, porque le pisa y le zancadillea en el área. Todo el mundo pensaba que la acción iba a ser revisada por el VAR, pero el árbitro no consideró que fuese penalti.
Mucha indignación
«Si esto pasa a nuestro favor se habría organizado la mundial, sin ninguna duda…«, es lo que piensan muchos jugadores después de ver la roja perdonada a Christensen y el penalti de Cubarsi sobre Osimhen. Creen que los medios españoles tienen un doble rasero.
No les falta razón. Si el Real Madrid se hubiese clasificado a la siguiente ronda con esas dos acciones polémicas, estarían hablando de “robo», “escándalo” y “ayudas arbitrales”.