La polémica está servida. El Real Madrid logró un triunfo importante en Montjuic, pero para el hijo de Negreira se vio perjudicado por el colegiado
Los días previos al Clásico estuvieron llenos de tensión. En primer lugar, porque un directivo del Barça decidió lanzar un mensaje vergonzoso, con insultos y amenazas incluidas a Vinicius.
Pese a ello, no hubo perdón del conjunto azulgrana y Florentino decidió no acudir al palco de Montjuic. Todo ello con el caso Negreira al rojo vivo, con los culés imputados por cohecho.
Por lo tanto, las miradas se iban a centrar en la actuación de Gil Manzano, que decidió hacer un arbitraje casero, pitando falta a favor de Barça a cada mínimo contacto y dejando seguir cuando derribaban a un merengue.
Sin embargo, antes del descanso la polémica saltó. Piden penalti de Tchouaméni, pero el hijo de Negreira ha echado más leña al fuego, al asegurar que es «comprensible» que no lo pitara.
Robo al Madrid
En la segunda mitad fue Araújo el que realizó un agarrón claro sobre Camavinga, tirándole al suelo. Para Javier Enríquez es «un derribo claro sobre Camavinga, que merecía la llamada del VAR».
Aunque considera que el arbitraje en líneas generales fue correcto, no entiende «por qué no entró el VAR», ya que considera que era «penalti». Por lo tanto, el hijo de Negreira señala que el Madrid fue perjudicado por el arbitraje.
Por suerte, el doblete de Bellingham hizo que no tuviera impacto en el resultado final, ya que consiguieron remontar el tanto inicial de Gündogan, para darle la victoria a los merengues en el Clásico.