En Oviedo, el técnico madridista demostró el ‘modus operandi’ que tiene en mente
«Necesitamos a todos. Los que inician, los que van desde el banquillo…. Va a haber un montón de partidos para todos», así de cristalino y contundente fue Xabi Alonso en la sala de prensa del Carlos Tartiere después de sellar el segundo triunfo consecutivo del curso (0-3).
El once puesto en la palestra en Oviedo sufrió modificaciones con respecto al que lució la escuadra blanca ante Osasuna en el Santiago Bernabéu: Vinicius, Militao, Brahim y Trent, a la caseta. Rodrygo, Carvajal, Rüdiger y Mastantuono, directos al verde. Sin temblarle el pulso, el de Tolosa cambió el guion.
Prácticamente nadie metía en la cábalas a Goes de cara a salir de inicio. Después de la ausencia prolongada… todos los derroteros conducían al mismo sitio. Al banquillo. Sin embargo, Xabi sorprendió. Y, visto lo visto, la decisión terminó dando sus frutos.
La suplencia dinamizó a Vini Jr. En vez de causar estragos en su propia moral, el The Best entendió que tenía que entonarse lo más pronto posible. Al final, se marchó de suelo asturiano con una diana y una asistencia que le dan alas en mitad de un ambiente casi irrespirable.
Los propios futbolistas ya saben de primera mano que la experiencia o los ‘nombres’ no sirven con el nuevo técnico. El que no trabaja y, por extensión, escatima demasiado en esfuerzos, dura un pestañeo en el campo. Con Carlo Ancelotti la panorámica era totalmente distinta.
Esta situación hace que el plantel, al completo, desde el primero hasta el último, esté enchufado día sí y día también. Un vaivén en el rendimiento tiene visos de acabar con una relegación fuera del terreno de juego. Por lo que conviene no bajar la guardia durante toda la temporada. El RCD Mallorca (sábado, 21.30 horas), el próximo objetivo de los blancos. ¿Habrá revolución en la alineación? El mister decide. Mbappé, Courtois y Valverde, los únicos insustituibles.