Cuesta creer que el día haya llegado. Inevitablemente, todos los caminos llegan a un punto y final. Duele, pero hay que decir adiós. Aunque las palabras nunca serán suficientes para expresar lo que todos los madridistas sentimos, quiero que sepas lo mucho que significas para todos nosotros, para este club, para la afición que te ha admirado desde el primer día de aquel año 2012.
Luka, cuando llegaste, eras un joven con una gran historia a tus espaldas, un jugador con talento, pero también con muchas dudas por resolver y con multitud de desafíos que afrontar. Sin embargo, desde el primer día nos demostraste que tenías algo especial, algo que iba mucho más allá de tu calidad técnica con el balón en los pies: tu carácter, tu humildad, tu entrega total. Supiste ganarte un hueco no solo en el once titular, sino en el corazón de todos los madridistas.
Cada partido tuyo fue una lección de fútbol, de inteligencia, de pasión. Tus pases milimétricos, tu control de balón, tu exterior incomparable, tu capacidad para leer el juego y anticiparte a todo lo que iba a suceder sobre el césped. Pero más allá de tu talento, lo que realmente te hizo único fue tu forma de entender el juego y la vida: con respeto, con esfuerzo y con una serenidad que nunca se quebraba, ni en los momentos más complicados.
Nos enseñaste que el fútbol es mucho más que goles y estadísticas. Que la verdadera grandeza está en la constancia, en el trabajo diario, en la lucha silenciosa que se libra en cada entrenamiento, en cada carrera, en cada balón dividido. Fuiste un ejemplo para todos. Nos enseñaste que el éxito se construye con sacrificio, con pasión y con amor por la camiseta que llevas puesta.
En el Real Madrid, fuiste el motor que hizo posible tantas victorias inolvidables. Nos diste noches mágicas en la Champions, momentos de gloria en LaLiga, y la satisfacción de ver cómo, gracias a ti, el equipo siempre parecía tener algo más, una jugada extra, una chispa de magia que marcaba la diferencia. No solo fuiste un jugador fundamental en el campo, sino también un líder silencioso, un referente que guiaba con su ejemplo más que con palabras al resto de sus compañeros.
Recuerdo tantas imágenes tuyas que quedarán para siempre grabadas en nuestra memoria. Fuiste un guerrero incansable, pero también un artista del balón. Con tus pies nos enseñaste que el fútbol es un arte, y con tu actitud que es una escuela de vida. No habrá un mejor centro del campo que aquel que formaste junto a Kroos y Casemiro, tus grandes aliados.
Pero Luka, tu historia en el Real Madrid no es solo la de un futbolista excepcional que ha levantado multitud de títulos y reconocimientos. Es la historia de un hombre que llegó a este club con sueños y los convirtió en realidad. Que vivió cada temporada con la misma ilusión del primer día, que supo superar lesiones, críticas desde el primer día y desafíos con una fuerza admirable. Que siempre puso al equipo por encima de todo y que nunca dejó de luchar por este escudo.
Nos diste mucho más que fútbol. Nos diste ejemplos de humildad, de compromiso, de profesionalismo. Nos diste la alegría de sentir que, pase lo que pase, el Real Madrid siempre contaba con un corazón gigante latiendo en su mediocampo.
Hoy que te despedimos, queremos agradecerte por todo lo que nos diste. Por cada pase, por cada balón recuperado, por cada momento decisivo, por cada sacrificio. Gracias por enseñarnos que la grandeza no está solo en los trofeos, sino en la forma en que juegas y en la forma en que amas este deporte y este club. Gracias por ser un ejemplo dentro y fuera del campo.
Sabemos que el adiós no es fácil para ti, porque el Real Madrid no es solo un club: es una familia, una pasión, una forma de vida. Pero también sabemos que lo que has logrado aquí es eterno. Que tu nombre queda grabado con letras doradas en la historia del club más grande del mundo. Que tu legado perdurará en las generaciones que vienen, que te recordarán no solo como un jugador magnífico, sino como un símbolo de todo lo que significa ser madridista.
Luka, aunque te vayas como jugador, nunca dejarás de ser parte del Real Madrid. El Bernabéu siempre será tu hogar, y nosotros siempre te llevaremos en el corazón. Te deseamos lo mejor en esta nueva etapa que comienzas, con la misma fortaleza y pasión que nos diste durante todos estos años. Sabemos que seguirás brillando, que seguirás dejando huella allá donde vayas, porque eso es lo que haces: transformar todo lo que tocas en grandeza.
Gracias, Luka, por tantos años de magia, de esfuerzo, de momentos inolvidables. Gracias por ser ese faro de luz en medio de la tormenta, por ser la calma cuando todo parecía caerse, por ser el ejemplo perfecto de lo que significa ser un madridista de verdad. Por ser el diez.
Este no es un adiós, es un hasta siempre. Porque las leyendas como tú nunca se van, porque tu espíritu seguirá vivo en cada partido, en cada jugada, en cada corazón que late al ritmo del Real Madrid.
Con todo el cariño del mundo, la admiración y el respeto,
Tu afición para siempre.