El lateral inglés del Real Madrid estuvo rutilante a balón parado en Elche. En cambio, firmó un partido muy gris en el resto de tareas
El Real Madrid no descifra la clave de la victoria. En Anfield, Vallecas y en el Martínez Valero se aparecieron los fantasmas. Tres partidos; cero triunfos. Y un caldo de cultivo que cada vez va a más, toda vez que el equipo blanco no arranca. En esta mala racha de resultados, salen varios nombres a la palestra por el bajo rendimiento mostrado: uno de ellos es Trent Alexander-Arnold.
En Elche, el lateral inglés volvió a la titularidad. Al lateral derecho. No entraba en un once desde el partido de UEFA Champions League frente al Olympique de Marsella, encuentro en el que cayó lesionado. Ante el conjunto de Eder Sarabia, ‘TAA’ dejó luces y sombras. Más de lo segundo que de lo primero.
A nadie se le escapa que Trent aporta mucho en ataque y deja un montón de resquicios atrás. Le cuesta defender. Esta teoría pudo corroborarse durante su etapa en el Liverpool, y, en el Madrid, lógicamente, el futbolista británico continúa por los mismos derroteros. Así es su ADN sobre el terreno de juego.
Letal a balón parado frente al Elche
Los dos tantos anotados en el estadio ilicitano nacieron de las botas de Trent. Él fue el encargado de poner en movimiento las acciones a balón parado que culminaron con las dianas de Huijsen y Jude Bellingham para, al menos, declinar la derrota a domicilio.
Más allá de esas contribuciones, el defensor madridista marró en exceso durante los 90 minutos de choque. Se deshizo como un azucarillo a la hora de evitar las llegadas rivales por su banda, falló pases sencillos y expuso una preocupante ausencia de intensidad. Su puesta en escena en Elche encendió las luces de alarma dentro del madridismo, que ve como Trent no encuentra una versión óptima. Los errores opacaron por completo su buen hacer en sendos goles.