Kylian Mbappé sigue, a día de hoy, sin saber dónde va a competir la próxima temporada, que arranca la próxima semana. El mensaje del futbolista francés hasta el momento ha sido claro, al menos de cara a la galería: tiene intención de cumplir su año de contrato en París.
No obstante, el de Nasser Al-Khelaïfi, dueño y presidente del Paris Saint-Germain, también ha sido un mensaje claro y rotundo: si Mbappé no renueva más allá del 30 de junio de 2024, deberá salir esta misma temporada del Parc des Princes, puesto que no se pueden permitir el lujo de dejarle marchar el próximo verano gratis.
Para intentar que acepte su marcha, el jeque y el Emir de Qatar han intentado todo tipo de estrategias y medidas de presión. Le han dejado fuera de la gira del equipo por Japón; le han apartado al grupo de los “indeseables”, le han buscado ofertas multimillonarias de otros clubes; le han amenazado con estar toda la temporada en blanco, etc.
Por la boca muere el pez
La amenaza de dejar todo el año sin entrenar ni estar convocado a Kylian Mbappé planea sobre Poissy. Es una medida de presión muy dura que utiliza Al-Khelaïfi con el objetivo de que su muchacho acepte su marcha y hable con el Real Madrid para que se presente una oferta para su marcha.
No obstante, todo este ruido generado por el jeque podría quedar en agua de borrajas. Y es que, según una normativa FIFA, al estar en plenas condiciones para la disputa del deporte y teniendo contrato en vigor, el PSG está obligado a inscribir a Mbappé para la disputa de la Liga francesa.
Si no lo hiciesen, Mbappé podría denunciarlo ante la FIFA por condición abusiva, y eso podría provocar que se rescindiese su contrato con el PSG. De este modo, podría incluso llegar a Madrid este año gratis.
Habrá que permanecer atentos para ver qué decisión toma la directiva francesa al respecto del futuro del francés.