El Real Madrid se proclamó campeón de la Supercopa de España tras imponerse al Atlético de Madrid en la tanda de penaltis después de que el partido acabara 0-0. Valverde, que evitó un posible gol de Morata en la prórroga y Courtois, con una gran parada en la tanda, dieron a los de Zidane este título.
Zidane repitió 11
Después de haber realizado un fútbol brillante en semifinales y con el atenuante de que Hazard, Benzema y Bale seguían sin estar disponibles, Zidane optó por repetir en la final el mismo equipo que deslumbró ante el Valencia.
El Atlético quería un partido feo
Era evidente que el Atlético no iba a plantear el choque como lo hizo el Valencia. Los de Simeone tenían claro que necesitaban un partido feo, con cortes, en el que la pelota no estuviera en movimiento más de un minuto y, si lo hacía, que fuera con pases horizontales o alejados del área. Cualquier parecido al fútbol que se vio en el primer tiempo de la semifinal y de la final era mínimo, por no decir nulo.
Los ‘tocones’ del Madrid apenas intervenían
Al Madrid se le veía excepcionalmente lento, sin ideas. Mucho toquecito pero sin ese colmillo que se necesitaba para generar peligro. Jovic era un islote arriba sin apenas conexión, Kroos estaba desaparecido, Isco lo intentaba pero no le salía, algo similar a lo que le sucedía a Modric. No había en el equipo ninguna solución que permitiera desarbolar a un Atlético que vivía demasiado cómodo en ese planteamiento de fútbol feo en el que no pasaran apenas cosas.