No es noticia que Jota Jordi reste valor o menosprecie todo lo relacionado con el Real Madrid. Nuevamente unas declaraciones suyas han dado mucho de qué hablar, y es que, sitúa al actual Balón de Oro fuera del Top 10, una cosa de locos
El tertuliano del chiringuito, declarado fan a ultranza del Barcelona, no deja de sorprender por sus comentarios, que en su mayoría carecen de lógica y de sentido común. Sus palabras se tiñen de la mayor subjetividad que pueda existir, Jota Jordi cada vez que habla del Real Madrid lo hace “disfrazado” de culé, donde el “periodismo de bufanda” que realiza no le permite ver más allá de sus colores
En esta última ocasión, en el programa de Twitch que realiza el Chiringuito, ha hablado de Benzema y obviamente no ha sido para alabar su figura o reconocer su premio como Balón de oro, nada más lejos de la realidad. Ha dejado de manifiesto una declaración asombrosa a la par que ridícula: “Benzema, ahora mismo, no está en el TOP 10”. Si, el actual Balón de Oro no se cuela en su particular lista de mejores jugadores del mundo, una lista que es su mente culé debe sonar espectacular
Además, Jota Jordi ha ensalzado la figura del delantero polaco: “Lewandowski es, junto a Haaland, el mejor jugador del mundo.” Algo curioso si retrocedemos al pasado, más concretamente al famoso 2-8, ¡qué maravilla! Aquella noche, el tertuliano dejó una frase para el recuerdo: ¿Quién es Lewandowski? Nuevamente, el barcelonista da la nota con una de sus intervenciones, las cuales pierden interés y credibilidad con el paso del tiempo
El dolor de la objetividad
Es difícil ser objetivo en esta vida, aunque deberíamos serlo, pero es aún más difícil serlo si duele a más de uno. Este es el caso de Jota Jordi, todo lo relacionado con una camiseta blanca pierde todo tipo de valor en detrimento de la blaugrana. Te entendemos Jota, entre palanca y palanca no debes tener tiempo para ver los éxitos del Real Madrid
Un nuevo ninguneo para Karim Benzema, que no le ha valido ganar el Balón de Oro más justo de los últimos años, para tener unos detractores que les ciega el color de la rivalidad